Emanuele - Guía turístico en Nápoles

Hola y gracias por tu valoración sincera y nada resentida. En Nápoles dicen que cada cabeza es como las hojas de una cebolla, hay muchas capas, y entender la psique humana es algo que los estudiosos y filósofos de todo el mundo llevan intentando desde siempre, pero también por eso soy muy consciente de que el tipo de producto que ofrezco no puede gustar a todo el mundo, y precisamente por eso antes de empezar cada tour explico las ventajas del freetour, a saber, que no hay que pagar para reservar, cancelar, o incluso cambiar de planes si te das cuenta de que no es la experiencia que estabas buscando, y me cito a mi mismo «El tiempo es lo único de lo que somos dueños, no merece la pena gastarlo haciendo cosas que no nos gustan y quejándonos por no encontrar carne en una marisquería», siento que no os tomarais mi consejo al pie de la letra y decidierais atormentaros con mi homilía durante toda la duración de más de 3 horas. También lamenté ver tu rostro serio y casi triste todo el tiempo, de modo que cuando por fin te vi sonreír al salir del taller de sastrería, me acerqué a ti y te expresé mi agradecimiento por verte por fin feliz, restándole importancia diciendo que era yo quien debía estar triste porque estoy trabajando y no de vacaciones. Nunca pensé que te ofendería tanto que me acercara a ti cuando todos se marchaban, para decirme que te había faltado al respeto, que «quizá no sonreía porque no estaba disfrutando de la visita» (pero nadie te obligó nunca a quedarte, al contrario, Yo insté a todo el mundo a que se sintiera libre de quedarse o cambiar de planes) y que si hubiera sido por ti «ni siquiera me habrías pagado», lo cual, perdona que te lo diga, más que una crítica, me parece un auténtico insulto por todo el corazón y el alma que puse en tres horas en las que básicamente no paré de hablar, negarme cualquier compensación porque usted se siente con el poder económico para hacerlo se aleja mucho de los principios de humanidad y dignidad que intento transmitir durante mi trabajo, así que sin dudarlo le devolví inmediatamente 20 euros sin saber siquiera cuanto me pagó, en ninguna realidad que yo acepte se le puede decir a alguien que ha trabajado que si fuera por usted «no le hubiera pagado», por lo que me pareció más justo y caballeroso cumplir con su deseo y devolverle el dinero. También quiero dejar de comentar el hecho de que no pudieras hacer preguntas porque al final de la visita me quedé allí otros 10 minutos para responder a las preguntas de todos, como bien sabes, pero el mundo es bello porque es variado, y sin incidentes como este quizá no apreciaría de la misma manera a los fantásticos seres humanos que conozco cada día con el trabajo que me apasiona. Que disfrute cada momento en Napoles !