Andrés le puso energía y un torrente de voz. Intentó ponerle humor y el recorrido es una maravilla. Sin embargo, a la visita le falta un hilo conductor convincente, convirtiéndose en una sucesión de anécdotas. Lo peor, para mí, es que la explicación tiene un importante sesgo historico: durante dos horas consiguió explicar la historia (y las historias) de Mallorca sin mencionar ni una sola vez su pasado catalán. Habló de fenicios, romanos, árabes, godos y desde entonces, “cristianos” y se acabó. Impactante.
Samuel nos llevó por los principales puntos de la ciudad y ofreció información y recomendaciones interesantes. Se mostró amable y profesional. Como único punto a mejorar, se expresa con una cierta lentitud y repeticiones, cuando seguro que podría profundizar un poco más en algunos de los puntos de la visita.
Juanma enseña su Málaga en pequeños tours muy personales. Nos metió en pastelerías, mercados, patios privados y en callejuelas pintorescas que se escapan de los recorridos habituales. Lo suyo no son los monumentos ni los reyes ni las batallas: lo suyo es lo que Málaga es para él… y al acabar, también se convierte en parte de ti.