La Habana,puerta de los mares de la España colonial..
Descripción del tour
Comenzaremos en el mismísimo lugar que marcaría desde antaño la economía de la capital, ya que desde 1561, la corona española permitiría el sistema de flotas aquí en la habana, dado a su posición geográfica .Asi que el comercio generado por estas embarcaciones en suelo cubano, más la necesidad de reparación de estas grandes naves, dieron también lugar a que se llamara Puerto de Cárdenas, porque era ideal para carenear.
Y aunque está plaza de San Francisco de asís no fue la primera en construirse, si fue la que marcó el auge económico de todas las plazas y la ciudad intramuros,porque era el primer lugar a pisar por toda la tripulación que quisiera o necesitara entrar a la villa.
Es allí en esa plaza, que tubo el 2do edificio más alto de toda Cuba con sólo 42 metros, una fuente que representa el imperio español.
Desde ese punto nos imaginaréis y viviremos la historia, además de darle un desenlace a todo el recorrido de las otras plazas, con sus calles, costumbres presentes, gente, edificios que marcan un antes pero que su uso actual evocan un presente,les mostraré la historia que camina, porque estas plazas están llena más que de magia, de un cotidiano andar, y de una realeza viva que llama al caminante y lo invita a meditar.
Plaza vieja: está plaza guarda una armoniosa arquitectura única en Cuba, con sus diferentes estilos arquitectonicos, un mirador establecido en unos de sus edificios de 1933.
Desde aquí nos iremos moviendo hacia la más bella y antigua de sus plazas: Plaza de Armas construida antes de la primera mitad del siglo 16, esta plaza la más completa, guarda silente el orgullo de ser la testigo de los tres poderes que ha visto la isla.
Plaza de la catedral: quizás para no todos pero si para muchos la más bella. aquí descansaron durante 102 años las cenizas del gran almirante Cristóbal Colon, hasta el cese de la dominación española en 1898.
Todos y cada uno de las plazas y calles por donde estemos, serán vividas entre risas, sorpresas, y sabor de asombro, porque aquí la historia es viva.