Imaginando un destino turístico en Gran Canaria, no muchos visitantes pensarían en Telde. Se trata de la segunda ciudad de la Isla, la cuarta del archipiélago y nos aparece más bien como un enclave de grandes polígonos productivos y comerciales.
El municipio es un punto de paso obligado para quienes viajan entre la capital y las zonas turísticas del sur, así como para aquellos que llegan en avión, pues se encuentra allí el aeropuerto de Gran Canaria. Aun así, son muy pocos los que se detienen en esta interesante ciudad.
Sin embargo, Telde preserva un conjunto histórico de primera importancia y de gran belleza, a través del cual se desarrolla esta ruta que pretende esbozar el perfil de la identidad Canaria. El Barranco Real de Telde, poblado desde la época prehispánica, preserva las huellas dejadas durante siglos por generaciones de hombres y mujeres. Por su importancia en la historia de la isla y por la riqueza de su patrimonio arqueológico, etnográfico e histórico en general, es el lugar ideal donde descubrir algunos de los rasgos, instituciones, tradiciones, así como gastronomía, actividades económicas, paisaje y territorio que definen la cultura canaria.
Los pobladores de Tara y Cendro, dos de los más famosos yacimientos aborígenes de la isla, los nobles castellanos fundadores del barrio de San Juan, los trabajadores del barrio de San Francisco, humilde y pintoresco, o la misteriosa Inés Chemida, hija de una noble aborigen y un capitán castellano, serán algunos de los personajes que nos acompañarán idealmente en la visita.
En esta actividad solo se admiten grupos de hasta 6 personas. Si sois 7 o más personas, se os pedirá un pago por persona por adelantado para uniros a la visita.